"I'am my own Nemesis"

I CAN RESIST ANYTHING BUT TEMPTATION...(Oscar Wilde)

Razones

viernes, enero 21, 2022

1) Me dejó de importar.
2) Estaba ocupada.
3) Perdí las ganas.
4) Perdí la habilidad. 
5) Me obsesioné con otras cosas.
6) Mis manos estaban tiesas.
7) Me distrajo la felicidad.
8) Estaba llorando.
9) Me parece una mierda todo.
10) Estaba disfrutando mi vida.
11) Nada
12) El internet me emputa.
13) Todas las anteriores
14) Ninguna de las anteriores
15) No sé.
16) No entiendo.
17) Otras que no fueron nombradas.
18) whatever
19)...
Tuve muchas razones para no haber escrito aquí desde hace años. 
La vida está siendo extraña pero suave conmigo en este tiempo, así que tengo miedo. Si todo continúa como en narrativa, y esto es solo esa tensión que se construye para un momento de desenlace desgarrador... si todo esto es el crescendo para el gran impacto... si todo es antecedente o preámbulo para lo realmente importante, tengo miedo. Agradecimiento con la vida también tengo, pero el miedo lo supera.

Si todo continúa como en narrativa, considerando que la autora soy yo, no tengo la mas minima puta idea de qué hacerle hacer a mi propio personaje. Este personaje está temblando entre hechos buenísimos que no se definen.  Este personaje necesita una línea de conflicto, un motivo, un hilo conductor de grandes cosas o un cerrillo que explote todo.

Este personaje está sentado en el piso, pensando, con los ojos húmedos y los párpados pesados, en un cuarto obscuro que huele a velas de vainilla, en una casa con tres televisores encendidos en canales diferentes y a todo volumen. Este personaje siente dolor en la espalda y la boca seca después de haber comido maní con chocolate. Calcula las horas que dormirá si se acuesta ahora y se despierta a las siete de la mañana. Teclea unas cuantas veces más y pone un punto que no es el final.

La vida -y cualquier historia- está inacabada, aun después del fin no hay final.

Viento

viernes, julio 22, 2016

Habían luces extrañas, luces bajo las cuales no se está acostumbrado a ver los rostros. Las facciones se veían cambiadas.

Había un viento tan delicioso que no me saciaba (porque siempre acabo pidiendo más). Cerrando los párpados para sentirlo mejor. Para sentirlo en la boca. En el cabello despeinado, suelto, libre. Sentía ese viento en los espacios que hay entre mis piernas. En el cuello. En las curvas de mis senos. 

Si me das viento no necesito mucho más para sonreír.  No necesito mucho más para olvidarme de todo. De dónde estoy, de adónde voy. Me quedaría en el mismo lugar hasta que salga el sol  y me haga recuerdo de que el viento, aunque no se acaba, es esporádico. Como los momentos felices.







Elastico

jueves, abril 21, 2016

Hablamos de desgastar todo. De extender el dolor en tiempo y espacio. Ese ir y venir, destrozo progresivo que nunca llega a la destrucción porque, seamos realistas, no hay nada de crudo en la destrucción, la perdida, concreta como es, es reconfortante y él me hablaba de cualquier cosa menos comodidad. Yo creía que me hablaba de ir tolerando cada vez más, estirando la materia, el cuerpo, hasta que venza pero no hasta que quiebre. Pero aparentemente era más que eso. Tenía que ver, según me dijo, con que la mejor forma de sentir el amor, en un lugar tan adormecido, sólo se logra volviendo de la devastación más profunda. Y para volver no hay que quebrar, para volver hay que estirar. 
No volver  era también una opción pero... no sé. Siempre lo imaginé volver.